Podemos confiar en que Dios tendrá cuidado de nuestros hijos incluso mejor que nosotros. Cuando entregamos a, nuestros hijos en las manos del Padre y reconocemos que Él está en control de sus vidas y las nuestras, tanto ellos como nosotros, disfrutaremos de mayor paz. No podemos estar en todas partes; pero Dios sí. No podemos verlo todo; pero Él sí. No podemos saberlo todo; pero Dios puede. Sin tener en cuenta la edad de nuestros hijos, dejarlos en las manos de Dios es una señal de fe y confianza en Él y es el primer paso hacia establecer una diferencia en sus vidas. Siempre que sientas temor por algo en la vida de tu hijo, cuéntaselo a Dios en oración, hasta que experimentes la paz de Dios en tu corazón al respecto. Entrega a tus hijos en las manos de Dios a Diario y veras como el ser madre o padre se convertirá en algo más agradable.
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