Un padre siempre ocupado se entera que su hija
se fue de la casa atrapada a una adicción, y encuentra el tiempo para rastrear el país buscándola y pasa semanas en clínicas de tratamiento para sacarla adelante.
Una pareja demasiada ocupada en trabajar para
pagar la casa, de repente encuentra cantidades enormes de tiempo para consejería, abogados, cuentas legales, y para buscar apartamentos cuando el matrimonio se deshace.
Un empresario que tomó atajos éticos y faltó a la integridad para mantenerse a la par de la competencia, ahora tiene tiempo para reflexionar cuando lo despidieron de la compañía al ser
descubierto.
Un adicto al trabajo y al ministerio, un compulsivo de la excelencia, de repente
dispone de 24 horas al día para preguntarse que significa la vida cuando un informe del laboratorio llega del consultorio del médico con el sello de “maligno”.
Un hombre que nunca tenía tiempo para disfrutar de sus hijos, ahora tiene
cantidades de horas disponibles en la cama del hospital esperando que sus hijos lo visiten, mientras se recupera del infarto.
Siempre hay tiempo para todo.
No esperes entenderlo de la peor manera.
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